Monday, June 29, 2009

El sábado conocimos a Adriana Macías. Ella es una chica grandiosa que se dedica a escribir libros y dar conferencias compartiendo su visión de la vida. Ella ha aparecido en varios programas de televisión, y están disponibles algunos videos en la red. Hace algunos meses mientras estaba blogueando en mi casa llega mi hija y se pone a ver junto conmigo unos videos de ella. Mi niña es muy sensible, y a pesar de que es pequeña es muy consciente de los problemas de los demás. Se impresionó mucho de que Adriana a pesar de su discapacidad (ella nació sin brazos) hace todo lo que hacemos los que estamos “completos”. Ella se maquilla, se peina, come y habla haciendo uso de sus pies y piernas. Cuando estoy en la computadora mi hijo que es muy fiestero me pide que le ponga canciones de vaqueros, (la hierba se movía y el pipiripau son sus favoritas). Helena en cambio quiere ver videos de Adriana, o de otras personas increíbles que hacen mucho con lo que tienen. Entonces yo le digo a ella que cuando sienta que algo no lo puede hacer piense en personas que no se dan por vencidas.
Hace un mes me llegó una invitación para el Foro de la Mujer, que se organiza en mi ciudad y donde Adriana Macías es una de las expositoras. Mi esposo me dijo que llevara a la niña, por que le va a gustar mucho conocerla. Me parece excelente idea, le pregunto a mi amiga Marielos que es organizadora del evento que si me permite llevarla. Ella me contesta “Como tu la veas, si va a estar neceando y no te va a dejar oír la conferencia mejor no, que la lleve tu esposo cuando termine y yo me comprometo a llevar a la niña a que la conozca y se tome una foto con ella". Me pareció buena idea, aunque mi hija es súper bien portada, nada necia ni inquieta. Le dije a la niña que íbamos a conocerla y era el gran evento esperado. Ese día andábamos muy alborotadas, la bañé, le di comida, y le dije que se durmiera un ratito, no quiso. Llegó mi amiga Pato de Felpa por nosotras y nos fuimos a la dichosa conferencia. En cuanto nos vio la Marielos nos llevo con Adriana, quien saludo a Helena, quien parecía de rancho mordiéndose el rebozo. La agarré en los brazos (a la niña) y nos retratamos.
Pasamos a tomar nuestros lugares y empezó la platica, me pareció muy llegador el hecho de que lo que todos hacemos todos los días sin esforzarnos, hay personas a quienes les cuesta mil veces mas trabajo… en fin es una gran lección. Al cabo de hora y 15 minutos la nena se puso folklórica, y empezó a llorar y a decir que se quería ir a su casa. Yo me estaba inquietando bastante, ya que la chiquilla era la única niña en todo el auditorio. Le explique de muchas maneras que no estuviera llorando, que yo había confiado en ella y que la traje por que SABÍA que se iba a portar bien, pues a ella le valían madre todas mis explicaciones. Lo peor fue la cara de mi amiga viéndome de reojo como diciendo “Te dije estupida, que no la trajeras” AAAAA!!!!!! Casi me muero del coraje. Con la impotencia, vergüenza y de todo que sentía, agarro y le doy un pellizco a la chamaca y obviamente soltó el llanto. La agarro en los brazos y el saco del lugar. La puse en el piso y me salí hasta la banqueta. La niña llorando y corriendo atrás de mí. Yo muy indignada brazos cruzados ignorándola y haciéndola sentir peor que un perro. Le hablo a mi santo y sale lumbre de aquel lado de la bocina. Le digo que su pinche hija me hizo pasar una gran vergüenza que venga inmediatamente por ella. En menos de lo previsto llega el, la subo al carro y me subo yo también. Me dice el: “¿y tu que? Bájate y termina tu conferencia.” Pues claro ¿no? Como no fuiste tu el que pasaste la vergüenza, ahora ¿como voy a entrar? “Que te valga madre lo que diga la gente”, finalizo. Agarre mi bolsa dignamente y entre por la puerta de atrás. Un conocida que estaba cerca me pregunta que si mi hija era la que estaba llorando grrrrrrr. Finalmente termine de escuchar la plática e hice lo posible por olvidar la pena y el que dirán.

Tuesday, June 16, 2009

Ahora soy agente de viajes

A partir de hoy cuando llene una solicitud del banco o vaya al doctor y me pregunten mi ocupación voy a decir que soy Agente de Viajes. Me gusta como se escucha y creo que es un gran trabajo. Mi ocupación ya no me gusta, y si algo no te gusta hay que cambiarlo ¿no?
Anoche termine de dar unos cursos a la gente del segundo turno. Los cursos están muy bien, (modestia aparte yo los hice je jeje) Me puse muy feliz cuando descubrí que ya me había desocupado a las 9:30 pm. Ya me iba brincando de la emoción cuando me intercepta una jovencita empleada de la compañía y me pregunta que sicierto que soy psicóloga. Le dije que sí. Me preguntó que para que sirven los psicólogos. Le contesté con premura y le di una explicación sencilla, ella no me estaba mirando ni escuchando. Le pregunte que a que viene su pregunta; me dijo que se sentía sola y rompió en llanto. La conduje hacia un cubículo desocupado y me senté a escucharla. Me dijo cosas terribles, cuestiones bastante delicadas de su infancia, de su juventud y en menos que te lo imaginas me había soltado demasiadas realidades. Me quedé sin habla. Hubiera querido encontrar palabras efectivas que la hicieran sentir mejor.
No se que me hacia sentir mas mal, si su situación, o mis ganas de salir corriendo, o el hecho que ella ha vivido años sin tener acceso a que alguien la escuche y la oriente. Le sugerí que nos siguiéramos viendo para platicar de su problema y también le di la opción de que se atendiera en un lugar con otras personas.
En los últimos días he escuchado cosas muy tristes, personas sintiéndose mal, perdidas, solas, desubicadas. Como puede ser que yo les pueda ayudar, puede ser que no… yo se que sirve mucho que nos escuchen, pero ¿que hago con todo lo que se queda en mis oídos, en mis ojos, en mi cerebro y en mi corazón?